Empresas agrarias y energéticas piden impulsar las renovables sin doble filo
Empresas agrarias y energéticas piden impulsar las renovables sin doble filo
El desarrollo de las energías renovables en la agricultura es necesario pero hacen falta medidas para evitar el conflicto y que no colisione con la producción de alimentos, según las empresas y las ONG vinculadas a estos sectores.Representantes
de las cooperativas agrarias, productores energéticos y de ONG ambientalistas
han reconocido, en declaraciones a Efeagro, la necesidad de impulsar fuentes
alternativas a las fósiles, y más tras la guerra de Ucrania,
pero de forma «consensuada» para frenar los conflictos.
Las
inversiones en renovables ganan actualidad ante la situación mundial derivada
de la invasión rusa, pero otra de sus consecuencias, la crisis alimentaria,
también ha puesto en entredicho los biocombustibles, como quedó de manifiesto
en los debates de la última reunión del G7 en Alemania.
Como solución compatible,
empresas, cooperativas y ONG han apoyado el concepto de explotaciones
«agrivoltaicas», que combina energía solar y aprovechamiento para la
agricultura.
Implantación
en las cooperativas agrícolas
La implantación de las
energías renovables debe hacerse con el «consenso» de los
propietarios de la tierra sin forzar la expropiación,
según ha declarado a Efeagro el responsable de sostenibilidad de Cooperativas
Agro-Alimentarias, Juan Sagarna.
Entre
las cooperativas españolas hay ejemplos de grandes inversiones, pero su representante ha abogado por
una intervención de las autoridades públicas para evitar los conflictos,
planificando «en qué terrenos tiene sentido desarrollar» dichas energías y en
cuales debe primar la agricultura, para que ambas se expandan «de forma
armónica».
La situación ideal sería la expansión de
las explotaciones «agrivoltaicas»
En
Córdoba, por ejemplo, la
cooperativa ganadera Covap ha acometido grandes inversiones en una planta con
biogás y en paneles fotovoltaicos; en Olmedo (Valladolid), ACOR ha invertido en
plantas fotovoltaicas vinculadas al refino de azúcar y la extracción de aceite;
la bodega Cuatro Rayas, también en Valladolid, ha apostado por la energía
solar.
Sagarna ha destacado que en
la cooperativa La Palma, en Granada, se va a organizar la
primera «comunidad energética» entre cooperativistas, que
afectará a productores y consumidores, con el fin de facilitar la provisión de
insumos destinados a uso energético.
Para las cooperativas, la
situación ideal sería la expansión de las explotaciones «agrivoltaicas» y
está claro que el impulso de las renovables no puede «comprometer» la
producción alimentaria.
La directora de proyectos de
la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), Lucía Dólera, ha
asegurado a Efeagro que el potencial es «impresionante» y que España
es «el país más interesante» para la energía fotovoltaica.
Dólera ha señalado que el
Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y sus objetivos para 2030 se han
quedado «cortos» tras los movimientos derivados de la guerra en Ucrania y del
cambio de Argelia en sus relaciones con España.
Planes
de Bruselas
El
plan «Repower EU» diseñado
por la Comisión Europea (CE) plantea reducir en dos tercios la dependencia
comunitaria del gas ruso en el plazo de un año, principalmente a través de la
diversificación energética, el despliegue de renovables, la eficiencia y la
reducción del consumo de gas.
El Comité de Organizaciones
Agrarias y Cooperativas comunitarias (COPA-Cogeca) ha alertado de que
esos planes pueden redefinir la agricultura de las
próximas décadas.
Además de las agrivoltaicas,
Dólera menciona el uso energético de la biomasa, como vía para limpiar los
bosques.
En
cuanto al choque de intereses entre sectores, la representante de APPA asegura que
hay «señales positivas» hacia una mejor coexistencia.
Sin embargo, ha apuntado que
es necesario mejorar la burocracia en la autorización de instalaciones
«cumpliendo con toda la normativa».
El
sector agrario necesita un empujón, según
Para el técnico de clima y
biodiversidad de WWF, Sergio Bonati, el sector agrícola necesita un
«empujón», porque es uno de los que tiene un uso
energético «tradicionalmente basado en combustibles fósiles», por lo que es
necesario que se transforme ese consumo hacia el de fuentes energéticas
alternativas.
Ante la
competencia por el uso de la tierra entre empresas energéticas,
agricultura y ganadería, WWF defiende que en las mismas hectáreas de un terreno
se pueda ejercer la agricultura y la producción de energía solar fotovoltaica.
En general, WWF
ha solicitado «una planificación territorial» que tenga en
cuenta y solvente las necesidades energéticas y de alimentos a la vez.
WWF ha reclamado también que
las zonas protegidas y de alto valor agrario sean excluidas de forma
vinculante, del desarrollo de las renovables, pues hay «espacio de sobra» en el
territorio urbano y en áreas de menor sensibilidad ambiental para obtener toda
la energía que hace falta.
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